¿Por qué es más frecuente enfermarse en época de invierno?



Diciembre, esa época del año en que todo es felicidad, las calles y las casas se decoran con luces, y Santa Claus promete llegar a todas las casas de los niños que se han portado bien; también es la época en que las enfermedades respiratorias aumentan, así como el empeoramiento de los pacientes que ya poseen alguna enfermedad respiratoria crónica (EPOC, asma). 

Es una buena época del año para preguntarnos qué es lo que sucede dentro de nuestro cuerpo, y al mismo tiempo pensar qué podemos hacer para evitarlo, para ello debemos explicar como funcionan las vías aéreas inferiores, llamadas dependiendo de su calibre, tráquea, bronquios o bronquiolos.

Dicho sea esto, nosotros en cada respiración inhalamos, dependiendo de nuestro peso, entre 350-500 ml de aire, el cual pasa por la nariz, la faringe, laringe y llega a nuestras vías respiratorias. Dentro de estas, se encuentra el aparato muco-ciliar, el cual es el encargado de atrapar, contener y expulsar todo patógeno para impedir que éstos puedan llegar al acino pulmonar, donde se encuentran los alveolos, y posteriormente al torrente sanguíneo para producir infecciones. 

Siguiendo con nuestro recorrido, los cilios, los cuales son como pequeños tentáculos que se encuentran en bronquios y bronquiolos, son los encargados de mover el moco (o flema como se conoce coloquialmente cuando proviene de las vías aéreas inferiores),  hacia afuera para su eliminación, ya sea tragándolo, o, posterior a algunas tosiduras eficaces, expectorarlo. 

Estas microscópicas estructuras se ven afectadas en invierno, por la disminución de la temperatura, ya que la temperatura óptima dentro de las vías aéreas debe rondar los 37ºC, cuando esta útima cae, la eficacia del movimiento de los cilios disminuye igualmente, lo que se traduce en que el moco no puede ser transportado eficazmente, al no ser transportado eficazmente las bacterias/virus pueden permanecer más tiempo en contacto dentro del cuerpo, favoreciendo su incubación y replicación, lo cual favorece la enfermedad. Si a esto le sumamos que el virus más común que causa gripe llamado rinovirus (se quebraron la cabeza) se replica en temperaturas que rondan los 33-37ºC, causa una serie de eventos desafortunados, los cuales terminan en el resfriado común.

¿Y qué sucede con los pacientes que ya poseen una enfermedad respiratoria crónica como el asma o la EPOC?
Pues, así como sufre el aparato mucociliar, igualmente los bronquios tienen una respuesta exagerada, la cual está dada por disminución de su tamaño al momento de identificar algo que consideran peligroso (un ejemplo común es cuando alguien trata de manipular algún tipo de ácido sin protección, comienza falta de aire y tos), en pacientes asmáticos exponerse a pólenes o algún alergeno que sus bronquios consideren peligroso, termina en lo que llamamos broncoespasmo, que no es nada más que una respuesta exagerada caracterizada por disminución del tamaño del bronquio, los pacientes lo refieren como "pillidos en el pecho", además del otro mecanismo protector de las vías respiratorias, la tos.

Entonces, ¿Qué podemos hacer para disminuir el riesgo, o, cuando estamos enfermos disminuir el riesgo de empeorar? podemos dar los siguientes consejos.

- Abrigarse bien antes de salir y no exponerse a cambios bruscos de temperatura

- Cubrir adecuadamente nariz y boca cuando vayamos a exponernos al frío

- Consumir alimentos ricos en vitamina C (Cítricos, tomate)

- Tener especial cuidado en menores de 5 años y mayores de 65 años, ya que ellos son los más susceptibles a estas enfermedades, y en consecuencia a sus complicaciones (neumonía)

- La vacunación es un pilar fundamental, vacunarse cada año contra la influenza, y, en mayores de 65 años ó pacientes diagnosticados con EPOC, cada 5 años contra el neumococo.

Dr. Manuel Medina Adrián
Neumólogo.







Comentarios